Juego de espías

Canción para compañar: Oraculum-Trent Reznor y Atticus Ross

El gobierno alemán acusó a la inteligencia militar rusa de promover hackeos a sus dependencias y de apoyar a los piratas APT28 (amenaza elevada permanente en inglés) también conocidos como Fancy Bear, los mismos que atacaron a la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) en 2016.

El caso comienza hace dos años cuando un informe de la AMA señaló que Rusia practicó un sistema de dopaje para encubrir los controles positivos. El escándalo llevó a la exclusión de mil atletas rusos, varios perdieron sus medallas, suspendieron la agencia antidopaje de ese país, a su asociación de atletismo y varios quedaron fuera de Juegos Olímpicos y campeonatos mundiales.

El gobierno británico inculpó al Kremlin de estar involucrado con Fancy Bear, Estados Unidos coincidió con el señalamiento y acusó la semana pasada a siete espías rusos. Los documentos robados fueron filtrados entre septiembre del 2016 y enero del 2018.

Según el fiscal Jefff Sessions los objetivos de estos agentes del Kremlin eran “divulgar información robada como parte de una campaña de influencia diseñada para socavar, tomar represalias y deslegitimar los esfuerzos de las organizaciones internacionales antidopaje”.

La investigación estadounidense aseguró que entraron a la intranet de la AMA y a otras plataformas como la USADA (agencia antidopaje de ese país), el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS)  hasta la FIFA).

El Departamento de Justicia reveló que estos agentes incluso viajaron a Brasil y Suiza para hackear a miembros del Comité Olímpico Internacional y la agencia antidopaje canadiense. En los Juegos de Río de Janeiro, los espías intervinieron al wifi de los hoteles donde se hospedaban directivos del COI, TAS, AMA y la USADA.

Las revelaciones y acusaciones contra los espías ocurren tres semanas después de que la AMA admitiera de nuevo a la Agencia Antidopaje Rusa, la cual no reconoció las conclusiones hechas por el informe del 2016, tal como la misma AMA estableció en su momento.