Las malas tardes


 Érase una mala tarde, el sol empezaba a caer, un día cualquiera, cercano a la hora nona.  Te extrañaba y tenía una ansiedad tremenda por verte. Mi sopresa fue mayúscula, no estabas sola, todos te buscaban. Tengo la culpa, no te traté bien, pero tú no eres rencorosa y siempre das revanchas. Incluso en días tan oscuros como mis pies, tu siempre brillas.


Te pido otra oportunidad, no por una mala tarde donde no nos entendemos me puedes dejar así. Fallé cada palabra, todos mis movimientos eran torpes. Te ibas con otros y tenías toda la razón porque no te traté como lo merecías, como lo exigen las reglas universales de la pasión.
Érase una mala tarde que se volió un mal año, cada vez más lejos. Te entiendo menos y todos hablan de tí, todo alrededor tiene una huella de tu aroma. Las malas tardes se pueden superar porque tú si das revanchas y segundas oportunidades. Porque las malas tardes para uno contigo son salidas brillantes con otros.

Vía: Mi blog de insomnio

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