Mundial 2006: Transiciones para seguir igual

MUNDIAL 2006 TRANSICIONES PARA SEGUIR IGUAL

Contrario a lo que les dicen sus amigos lapuentistas las formas sí cuentan. Hay momentos que nos marcan y exigen cambios en nuestro estilo para conseguir objetivos, como un quinto partido, clasificar caminando al Mundial, una cita con una modelo, una hora más de sueño etc. En ocasiones estos cambios son tan drásticos que terminamos por hacer un giro de 360 grados y acabamos como empezamos, a veces el cambio te lleva al mismo lugar porque lo importante es no darle oportunidades a nadie de hacer un gol que va a aparecer en el top 10 de la historia de los Mundiales.

En el 2006 la selección mexicana apostó por el “lavolpismo”, comenzar las jugadas desde atrás, los defensas saliendo con la pelota controlada, trazos cruzados, un juego que llamó la atención de muchos y que incluso “enamoró a Guardiola” como decían algunos. Al parecer esto iba a llevarnos a más lejos, sin embargo a la hora de la verdad las cosas quedaron en un “así es el futbol”, frase usada para justificar lo inexplicable de la vida. Ese mismo año los mexicanos también eligieron un presidente que lanzó una guerra contra el narco… por eso les digo que las formas sí cuentan. 

Para ese Mundial estaba en la secundaria, en esa época uno escuchaba Panda pero no lo admite por miedo a verse ridículo, aunque me daría más pena admitir que pensaba que México llegaría más lejos con el “Kikín”, Omar Bravo y el “Gringo” Castro, claro había muy buenos jugadores (Máquez, Guardado, Osorio, Sinha) y que llegaron muy lejos, no todo era malo, al igual que Panda. 

En el futbol como en el día a día lo importante es iniciar bien, tanto las jugadas como en el partido en general, pero es crucial terminarlo de la mejor manera, puedes comenzar ganando temprano por balón parado o con unos hot cakes por la mañana pero si no estás listo puede llegar un Maxi Rodríguez y echar para abajo todo tu esfuerzo. 

En México la derrota no tiene padres, tiene dueños, aficionados y hasta patrocinadores, por eso si el producto peligra es necesario cambiarlo, lo suficiente para que siga igual, genere ganancias y expectativas pero no resultados progresos deportivos. Mismo caso con las elecciones presidenciales, estamos dispuestos a una transición siempre y cuando nos asegure que todo seguirá igual.